El adecuado mantenimiento de calderas y termotanques puede evitar riesgos que afecten a las personas y a los bienes. Algunos consejos para tener en cuenta.
El empleo de fluidos a presión es un hecho cada vez más frecuente en numerosas actividades humanas y en muchos procesos industriales. Las calderas y termotanques en los edificios de propiedad horizontal son un ejemplo clásico. Su inadecuado mantenimiento o su mal funcionamiento, constituyen un gran riesgo, ya que en caso de accidente, los efectos de la onda expansiva pueden afectar gravemente a las personas y a los bienes.
Para evitar situaciones desagradables existen ciertas medidas de seguridad que están encaminadas a eliminar las posibles causas de accidentes. Vale la pena recordarlas y tenerlas siempre presente, sobre todo en esta época del año en que es necesario chequear los equipos para su buen funcionamiento para el próximo invierno.
En el mundo actual las empresas líderes además de contemplar la seguridad en su forma clásica, como medio para evitar o reducir los riesgos en vidas y bienes, la consideran factor estratégico decisivo para obtener resultados económicamente positivos.
La propia Ley Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo Nº 19.587, en su decreto 351/79 capítulo 16, también se refiere a la seguridad de lo que la ley denomina “aparatos que puedan desarrollar presión interna”. En tal sentido, sostiene que “en todo establecimiento en que existan aparatos que puedan desarrollar presión interna, se fijarán instrucciones detalladas, con esquemas de la instalación que señalen los dispositivos de seguridad en forma bien visible y las prescripciones para ejecutar las maniobras correctamente, prohibiéndose las que no deban efectuarse por ser riesgosas e indicando las que hayan de observarse en caso de riesgo o avería”.
En otro párrafo de la norma, se sostiene que “las calderas, ya sean de encendido manual o automático, serán controladas e inspeccionadas totalmente por lo menos una vez al año por la empresa constructora o instaladora y en ausencia de éstas, por otra especializada, la que extenderá la correspondiente certificación que deberá mantenerse en un lugar bien visible”.
Es importante destacar también que las inspecciones obligatorias periódicas deben estar hechas por un profesional matriculado en la G.C.B.A; en Metrogas con la Tecnicatura en Combustión, y en el consejo profesional que lo nuclee, y comprende la certificación mensual de la instalación termomecánica, que debe cumplir con las condiciones necesarias de seguridad vigentes a la fecha, y la convalidación trimestral de la planilla de operaciones y mantenimiento exigidas según decreto 887/79.
Pero los equipos también deberán ser sometidos a una inspección anual exhaustiva que debe comprender una revisión completa, tanto interna (del lado del agua o vapor) como externa (del lado de los gases de combustión). Este examen no deberá acusar la formación de incrustaciones, corrosión, picaduras, grietas, reducción de espesores ó debilitamiento en el material. Asimismo, es importante verificar el estado de conservación de los accesorios y el instrumental.
Tampoco debe olvidarse el tema de la prueba hidráulica, obligatoria cada 10 años o recomendable cuando los equipos ofrecen dudas y se presume la existencia de pérdidas.
Finalmente hay que decir que el riesgo de explosión de un generador de vapor debe ser eliminado a través de un buen diseño, de una construcción correcta, y de órganos de regulación y control adecuados, así como también de un mantenimiento preventivo. Todo esto, sin duda, garantizará la seguridad en el equipo mediante el control de una serie de parámetros que detectarán desviaciones peligrosas en las condiciones óptimas de mantenimiento. La forma más eficaz de controlar si el mantenimiento que se efectúa sobre una caldera es el adecuado o no, es el someterla a una revisión periódica.
La seguridad es, por sobre todas las cosas, tranquilidad; y la tranquilidad no tiene precio.
Para estar seguros…
El listado que sigue son algunas de las verificaciones aconsejables que se debe hacer a una caldera o termotanque para su correcto y seguro funcionamiento.
• Comprobar el funcionamiento del dispositivo de corte de combustible por bajo nivel de agua.
• Verificar el funcionamiento de carga de agua.
• Revisar el funcionamiento del dispositivo de corte de combustible por falta de llama.
• Chequear el funcionamiento de las válvulas de seguridad y su recalibración.
• Inspeccionar el sistema de suministro de combustible y los quemadores.
• Verificar las entradas de aire a las salas de calderas.
• Realizar las pruebas de la eficiencia de la combustión y el tiraje.
• Comprobar el estado de las superficies de calentamiento.